Narrada desde una singular y desgarradora voz en primera persona, La mala costumbre recorre la adolescencia de una niña atrapada en un cuerpo que no sabe habitar, que intenta comprenderse a sí misma y al mundo en el que vive, desde su infancia en una familia de clase obrera en el barrio de San Blas, arrasado por la heroína en los años ochenta, hasta las noches clandestinas en el centro de Madrid de los noventa. Como en una versión bastarda del viaje del héroe, yonquis, divas pop y ángeles caídos la acompañan en un viaje vital en el que, al final, serán otras mujeres quienes le ayuden a superar la violencia que encuentra a cada paso.
La mala costumbre es una novela cruda y feroz, pero también poética y conmovedora, en la que los extremos se tocan para mostrarnos por qué el resentimiento y la rabia contra el sistema son …
Narrada desde una singular y desgarradora voz en primera persona, La mala costumbre recorre la adolescencia de una niña atrapada en un cuerpo que no sabe habitar, que intenta comprenderse a sí misma y al mundo en el que vive, desde su infancia en una familia de clase obrera en el barrio de San Blas, arrasado por la heroína en los años ochenta, hasta las noches clandestinas en el centro de Madrid de los noventa. Como en una versión bastarda del viaje del héroe, yonquis, divas pop y ángeles caídos la acompañan en un viaje vital en el que, al final, serán otras mujeres quienes le ayuden a superar la violencia que encuentra a cada paso.
La mala costumbre es una novela cruda y feroz, pero también poética y conmovedora, en la que los extremos se tocan para mostrarnos por qué el resentimiento y la rabia contra el sistema son completamente válidos para sobrevivir en una sociedad que no acepta a los que son diferentes.
Una pequeña novela trágica, esperanzadora y deliciosamente poética. La historia es dura, cruda y tierna al mismo tiempo. Te conmueve y desgarra por dentro seguir la evolución de esa pequeña que no logra saber como enfrentar quién es con los prejuicios de un mundo y una época perfectamente dibujados.
Es una lectura aparentemente corta y sencilla, pero al mismo tiempo resulta difícil porque te hace llorar, involucra tu empatia en la trama y te lleva a honduras no imaginadas. He tardado en leerla más de lo que hubiera imaginado, ya que ha habido momentos en los que no podia seguir. Por un lado me tocaba demasiado personalmente y por otro porque este libro merece leerse bien despierta y dispuesta a dejarte empapar de las sensaciones que la historia transmite. No es una lectura intrascendente para un lector medio amodorrado que pasa las páginas sin apenas darse cuenta.
Pequeños capítulos, cada …
Una pequeña novela trágica, esperanzadora y deliciosamente poética. La historia es dura, cruda y tierna al mismo tiempo. Te conmueve y desgarra por dentro seguir la evolución de esa pequeña que no logra saber como enfrentar quién es con los prejuicios de un mundo y una época perfectamente dibujados.
Es una lectura aparentemente corta y sencilla, pero al mismo tiempo resulta difícil porque te hace llorar, involucra tu empatia en la trama y te lleva a honduras no imaginadas. He tardado en leerla más de lo que hubiera imaginado, ya que ha habido momentos en los que no podia seguir. Por un lado me tocaba demasiado personalmente y por otro porque este libro merece leerse bien despierta y dispuesta a dejarte empapar de las sensaciones que la historia transmite. No es una lectura intrascendente para un lector medio amodorrado que pasa las páginas sin apenas darse cuenta.
Pequeños capítulos, cada uno casi un relato breve que, sobre todo al principio, podrían haber sido historias sueltas, pero cuyo conjunto va componiendo el retrato de la protagonista y el de aquel Madrid de fondo.
Hacía mucho que no lloraba tanto con un libro. Un llanto de hermandad viéndome reflejada en infinidad de pasajes, un llanto de desesperación y amargura con el sufrimiento de esa niña según va creciendo, un llanto de rabia por no poder abrazarla y decirle que las cosas mejorarán, un llanto de pena con muchos de los demás personajes, un llanto catártico y esperenzado por la bondad que, a pesar de todo, se destila.
Es un libro que te permite vislumbrar brevemente (demasiado brevemente) otras realidades que la gente en general no cree reales y al hacerlo te mejora como persona.
Podría haber sido más largo, te quedas con ganas de explorar los personajes secundarios, de que te cuenten otras historias o de que continúe la historia principal ¿qué pasa después?
En resumen: me ha encantado, tengo el libro subrayado prácticamente entero. No es que sea altamente recomendable, es que debiera ser de lectura obligada.
Oso hunkigarria... guztiz harrapatun nau istoriak eta gogorra den arren edertasuna dario.
Erraz irakurtzen dena, baina horrek ez du esan nahi sakontasunik ez duenik, Madrilgo San Blas auzoan bizi den neska baten bizipenak ekartzen dizkigu, trantsizio prozesuen barrentasunak modu oso gordin, bizi eta aldi berean natural batean erakutsiz. Zintzotasunez idatzitako harri bitxi bat.
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Cuidado, que se mencionan ideas del libro.
He llorado. He sufrido. Me ha conmovido. He empatizado y ha despertado rabia. Es un libro que puede levantar muchas emociones. Transitar los pensamientos, uno de los grandes poderes de la literatura, puede conseguir todo esto, pero Alana lo hace con un estilo cercano y a la vez poético.
Conforme leía pensé. La juventud, aquí llega abriendo camino, generando esperanza, atreviéndose a lo nuevo. Termino el libro sintiendo que no somos nadie sin quienes se atrevieron a vivirlo, sin las valientes, sin las que se definían con las mismas palabras, las de "la mala vida", las personas excluídas, en los márgenes. Ellas son las que envalentonan a la juventud, las que dan ejemplo y las que manifiestan la necesidad de mejoras.
Un homenaje a las madres, a las maestras, a las grandes que pasan por tu vida. Y más cuando te atraviesan en secretos y silencios que sólo ellas pueden verbalizar hasta que ya sí, reúnes la valentía suficiente.
Si le doy 4/5 estrellas es por un simple motivo: me hubiese encantado saber más. Llegar maś lejos. Conocer cómo le fue. Pero supongo que es una exigencia que no le debería pedir porque el libro termina claro: "No tenía nombre pero existía". ¿Acaso no deja sensación de que precisamente esa es la idea? ¿Es el fin perfecto al libro? Si continuara estaríamos ante otra obra distinta así que sé que no ponerle la máxima puntuación es un acto individualista y poco comprensivo.
PD: Aunque me hablo de valentía como superación del miedo, vivir en el miedo requiere también valentía. Como expresa Alana Portero en su novela "Que dos contrarios puedan darse al mismo tiempo es algo que se tarda en aprender pero que desata muchos nudos cuando se hace".